7/5/09

Emevé Laboratorios Nupel

Hoy mismo retomé mis clases de inglés para presentarme este año al First Certificate. Lo había dejado un poco apartado y hoy comprobé que bastan unos míseros meses sin contacto con una materia para oxidarte en la misma. Aún así no pienso dejar pasar más tiempo ni perder mi nivel de inglés a lo tonto, de modo que tengo pensado sacar al menos hasta el Advanced de Cambridge.

El tema de la entrada no es, sin embargo, mi vuelta al inglés, sino lo que descubrí hoy en consecuencia de esta vuelta.

Todos conocemos ya la noticia del accidente de tráfico del equipo de voleibol juvenil femenino "Emevé Laboratorios Nupel" de Lugo. Fue una noticia que me hizo reflexionar sobre el porqué del sentido (si es que tiene alguno) de que muera gente tan joven de forma tan repentina, sin advertencias, sin más, "porque sí". Pero esta reflexión no se hace intensa en tu cabeza hasta que este tipo de sucesos te resultan más o menos cercanos.

He de admitir que soy un desastre para recordar nombres, pero se me quedan bien grabadas en la mente la cara y la presonalidad de todo aquel que conozco, y por ello no caí hasta hoy que Iris Arias, una de las chicas fallecidas, fue mi compañera en estas clases de preparación de inglés. Ahora la recuerdo perfectamente, y he de admitir que por frío que se sea, esto me hace sentir en ocasiones asustado y consternado.

Recuerdo haber hablado con esa chica y haberla visto cada martes y jueves de todo un curso. Sé que no es mucho trato con alguien, pero me detengo a pensar y... nunca más se volverá a ver a esa chica entrar por la puerta, ni se sentará en la mesa o la silla de al lado, y que nunca más se la volverá a oír errar formulando una frase en inglés... y era alguien de mi edad, incluso dos años menor, una persona que debería terminar bachillerato dentro de poco y que de querer que así fuese, debería entrar en la universidad en breve...

Es por este motivo por lo que a veces siento cierto temor. Esta vez fue una chica a la que conocía poco, pero alguien cuyo rostro recuerdo perfectamente, incluso su voz y algunos de sus gestos. Somos muy jóvenes y vemos la muerte como algo desconocido, imposible, muy muy lejano, pero es que verlo así es lo normal. Por eso me planteo: ¿y si le pasase lo mismo a uno de mis amigos? ¿Y si le pasase a mi ex novia, o en el futuro a mi novia en caso de tenerla? La verdad, me paro a pensarlo y... sería desgarrador. Joder, la muerte. Significa no volver a ver nunca más a esa persona, ni volver a hablar con ella, ni escucharla... ni tener más vivencias con ella. Pero lo peor es que es la muerte en un momento en el que deberían quedarte muchos años por delante para tener esas vivencias con esa persona, porque se supone que morir tan pronto no es lo que toca.

Para mí es... Lo definiría en una sola palabra como... "abrumador". Sí, espantosamente abrumador.

Soy un aficionado del piano y de vez en cuando me pongo a componer alguna que otra cosa. Hace poco tiempo grabé una de estas piezas, y suelo regalarlas a quienes me importan mucho. No es común que lo haga, pero como no tengo a quien regalársela, me gustaría aprovechar la ocasión y dedicársela a todos los afectados por esto. A pesar de que esto no lo lee nadie... ahí queda... qué sé yo...


Y como tantos y tantos otros, doy desde aquí mi pésame a todos aquellos que están sintiendo y sollozando por esa fatídica presión en el pecho a causa de este suceso, concluyendo con un típico pero realista "no es justo".

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